Bailes del siglo 19

Bailes del siglo 19

Bailes de salón

Galop. Originario de Francia, fue introducido en Inglaterra en 1829 por H.M. Ball en el Palacio de St. James, como la forma final de una cuadrilla. Es el más sencillo de todos los bailes de pareja y viajó a América con todos los demás bailes de pareja de la época.

Vals. En alemán, significaba “rodar” o “girar”. Se introdujo en Alemania a finales del siglo XVIII, luego viajó a Francia, Inglaterra (1812) y, finalmente, a América. Se convirtió en el baile de pareja más popular y duradero del siglo XIX. Cuando llegó a Inglaterra, no fue aceptado porque era el primer baile “cerrado” en el que se bailaba “del brazo”. Revolucionó los bailes de pareja, reflejando los ritmos de la Revolución Industrial (el giro de la máquina de vapor) y el romanticismo de la época.

Cotillón. Derivado de ciertas contradanzas del siglo XVIII que funcionaban en una pequeña plaza. El nombre procede de una palabra contemporánea que significa “enagua”, y del poema “Compañera chismosa, ¿cómo va mi enagua cuando bailo? Va así, como la cola del gato”. El cotillón evolucionó hasta convertirse en una serie final de bailes de improvisación, que a menudo incluían los favores de la fiesta. Se convirtió en el cotillón alemán, en el que el maestro de ceremonias dirigía una serie de juegos de baile musicales parecidos a los juegos de salón, con intercambios de parejas mediante encuentros fortuitos y lúdicos.

Todos los estilos de baile

1El objetivo de este capítulo es dar cuenta de la aparición y la recepción de los bailes redondos1 -también conocidos como bailes de pareja del siglo XIX- en Hungría.2 Dado que estos bailes no se destacaron como un paradigma con un nombre separado en Hungría, primero tenemos que identificarlos dentro del repertorio más amplio de bailes húngaros. El hecho de que la investigación sobre los bailes sociales en Hungría se haya centrado en las formas más antiguas dificulta esta tarea. Los bailes redondos se consideraban en su mayoría demasiado nuevos y extraños para ser considerados dignos de documentación e investigación. Por lo tanto, la tarea consiste en identificarlos entre las formas de baile practicadas en Hungría y contextualizarlos en las circunstancias socioculturales y políticas de la primera mitad del siglo XIX.

  Grupo de gente bailando

2 Una vez delimitado y situado brevemente el material de danza en cuestión, nos encontramos con una gran cantidad de material procedente de un amplio abanico de fuentes muy diferentes. Además, sólo una pequeña parte de este material se ha publicado en otras lenguas distintas del húngaro. Para cumplir la tarea que nos hemos propuesto, se presenta aquí un corpus seleccionado de las fuentes más importantes en forma de catálogo anotado. Este catálogo pretende demostrar la variabilidad y la riqueza de las fuentes relevantes, pero también sirve de referencia para la última parte de este capítulo, en la que se tratan cuestiones de recepción, la rivalidad entre las danzas húngaras y las extranjeras, y el clima cultural en ese contexto. El surgimiento de una contrapartida húngara a los bailes redondos extranjeros es una de las principales conclusiones. El material del catálogo se ha seleccionado principalmente de la literatura existente sobre este tema en Hungría, complementada con los resultados producidos por la presente investigación.3

Nombres de los bailes de la regencia

Los bailes que eran populares a principios del siglo XIX eran los que habían sido populares a finales del siglo XVIII; el Minué, los Cotillones y los Bailes de Campo. Con la llegada del Vals en la adolescencia, asistimos al inicio de la era moderna de los salones de baile. Hasta ese momento, las cuadrillas

  Las jirafas no pueden bailar pop up

Las cuadrillas sociales seguían dominando el salón de baile, aunque ahora todas las figuras se hacían principalmente con pasos sencillos y sin artificios. Compara esta cuadrilla de mediados de siglo con la cuadrilla anterior del siglo XIX.

Los bailes campestres se consideraban cada vez más como demasiado “groseros” para la sociedad educada. Entre los bailes de plaza o de conjunto más populares a mediados de siglo se encontraban el Virginia Reel, el Schottische y el Pop, Goes the Weasel.

A finales de siglo se estaba produciendo un cambio drástico. Estados Unidos no sólo estaba dejando de imitar escrupulosamente los bailes europeos, sino que empezaba a exportar su propia música y baile al mundo.

Danza de la Regencia

Hoy en día, algunos bailarines históricos se esfuerzan por realizar una técnica de baile de alta precisión, para impresionar a todos con sus habilidades superiores. Esto encarna el enfoque moderno, una actitud teatral y de competición de salón de baile de los siglos XX y XXI, y no una mentalidad auténtica del siglo XIX.

Los manuales de danza del siglo XIX aconsejaban algo muy diferente:1 Hoy en día, la precisión performativa es comprensible para los profesores profesionales porque la danza es su trabajo. A menudo consideran que el baile es un trabajo serio y difícil. Sin embargo, si están enseñando bailes de salón históricos, los profesores deben recordar que para los asistentes al baile del siglo XIX, los bailes de salón eran un recreo, no un trabajo. El baile ofrecía a la gente un respiro de las dificultades de la época, una oportunidad para relajarse y relacionarse con los demás.

  Cenicienta bailando con el principe

En una clase, es útil que un profesor demuestre un paso con precisión, para que los alumnos puedan ver más claramente los movimientos. Pero entonces, en un baile, ¿queremos bailar con el exigente grado de técnica del maestro de baile?    No, si se quiere bailar con autenticidad:2 En su manual de danza de 1863, Thomas Hillgrove utilizó el término “natural” 23 veces, y destacó la “facilidad” 18 veces. La soltura natural era el ideal. Por el contrario, la técnica de los maestros de baile se percibía como artificial y afectada.3 Estas tres citas del siglo XIX nos dicen lo que no debemos hacer. Entonces, ¿qué debemos hacer en su lugar? ¿Se recomendaba una técnica descuidada? No, el ideal del siglo XIX era la pulcritud tranquila, sin precisión rígida.4 Nótese que este comentario comenzó con el vals, y luego se generalizó rápidamente a “todos los bailes”.

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