
Baile con abanicos locomia
Loco Mia
El grupo español de pop new wave Loco Mía podría haber sido más conocido por sus trajes de torero de gran tamaño [se nos ha informado de forma fiable que los trajes se basan en la ropa barroca, y no son, de hecho, trajes de torero – gracias @ThingInABook] y por sus épicos giros de abanico, pero con su single autotitulado de 1989, Loco Mía, se adentraron en un movimiento totalmente diferente… la escena ibicenca.
Extraído del álbum Taiyo, publicado por el sello Hispavox de EMI, el vídeo de Loco Mía se filmó en la Isla Blanca y capta la incipiente emoción de la isla en sus años de formación: Dalt Vila y el Café del Mar hacen su aparición, al igual que algún que otro pecho al descubierto (¡NSPW, gente!).
La letra no es mucho más que un policía, para ser justos (“¡Disco, Ibiza, Loco Mía! / Moda, Ibiza, Loco Mía!”), pero si pensabas que el estribillo del Jíbaro de Elkin & Nelson era pegadizo, esto lo supera con creces.
Si estás pensando que “esto habría funcionado perfectamente en el Shoom de Danny Rampling”, estarías en lo cierto: Rampling remezclaría el tema para su lanzamiento en el Reino Unido en Parlophone, eliminando la mayor parte de la letra en favor de un ambiente más apto para la pista de baile.
Fans Of Locomia
The DJ and producer from Navarre tells us that he was encouraged to prepare the following production for the New Year’s Eve party in which he performed after hearing months before in the last edition of the Paraiso festival the version that Pional had made. As a good fan of the disco sounds of that time he had to live, he could not resist giving his touch to the song, adapting it for the mix and, more if possible, for the dance floor, as well as adding a rogue acid sound as a finishing touch.
His diversification and natural restlessness made him approach the advertising world in the music production area. What resulted was work for global mega brands such as Wella Professionals and SelectWorld.
La danza de la locomia
“Locomia es una forma de ver la vida en libertad”. Y la libertad, como explica su fundador Xavier Font, es lo que caracteriza al grupo. A finales de los 80, Ibiza se convirtió en su hogar. Se le unieron su hermano Luis, Manolo Arjona. y el holandés Gard Passshire, y juntos comenzaron a vivir en una casa que funcionaba como una especie de comuna: con Font como “patriarca”, como él mismo se define.
“En términos musicales, Ibiza en la segunda mitad de los ochenta es probablemente la cuna de la música electrónica. Un poco más house, un poco más colorido que lo que luego sería la ruta de la destrucción, frente al escenario Chimo Bayo. Es más oscuro, más grande. techno y más clase media”, añade. “Ibiza es un poco más elitista, niños malos de buenas familias”.
“Ese primer escenario era pura esencia. Esta es la etapa espiritual, tántrica, además de la divina y terrenal. Xavier Fontit era todo muy primitivo”, dice el locutor Fernandisco, que aparece en el documental de Movistar+ sobre Locomía.
El grupo liderado por Font tuvo que abandonar Ibiza cuando la casa en la que se alojaban se incendió. A esto se sumó una llamada de auxilio, “sácame de aquí” de Manolo, que ya jugaba peligrosamente con las drogas. Por estos motivos, se trasladaron a Madrid.
Loco Mia (PIEK Acid Guateque Mix)
Locomía causó verdadero furor en España y Latinoamérica entre finales de los 80 y principios de los 90. El grupo no sólo hizo bailar a muchos jóvenes de la época con sus insólitos pasos, sino que también rompió esquemas con sus característicos peinados, trajes y abanicos. Pero quizás no sabías que, en sus inicios, sus integrantes no sabían cantar.
En sus primeras presentaciones, esta popular banda utilizó el playback para cubrir la poca experiencia en el canto de Francesc Picas, Manuel Arjona, Carlos Armas y Juan Antonio Fuentes. Todo cobra sentido cuando entendemos que Locomy no era originalmente una banda sino una de moda y baile que se presentaba en las animadas noches de Ibiza.
Locomy Grabó su primer álbum, titulado “Tayo”, en 1989. En él se incluían canciones emblemáticas como “Loco Mía”, “Rumba, samba, mambo” y “Gorbachev”. Sin embargo, las voces no eran las típicas de los cantantes. La dirección que tomó el grupo bajo el mando de Gil no gustó a Font, que tuvo que hacer las voces de playback, ni al ejecutivo.